El Rey desterrado

Si las paredes hablasen... dicen a menudo.

Si las paredes del salón de Plenos de Mos hablasen, contarían múltiples historias. Algunas con toda la gracia que se le puede sacar a un encuentro político, otras tristes y lacrimógenas cual pelador de cebollas en plena acción. Hoy contaremos una que, según desde el punto de vista que sea, puede encajar en las primeras o, lastimosamente, en las segundas.

Contaremos la historia de un Alcalde, o mejor dicho, del Alcalde. Del Alcalde socialista más viejo de toda Galicia. No por edad, sino por años de gobierno consecutivos: el de Redondela.

Jaime Rey se disponía a asistir al Pleno donde se debatió la moción de censura del municipio vecino al suyo, acompañado, cuentan las paredes, de su equipo de allegados, oséase, su Presidente local y su Portavoz.

Cual grandes mandatarios, se iban abriendo paso a través de sus secuaces, que, fieles a su estilo discotequero, apartaban al personal para que su Rey pasase como fuera y se acomodase en un sitio de privilegio. Y lo estaban haciendo bien, estaban cumpliendo su objetivo de desenroscar la alfombra roja a los pies del Regidor, cuando, de repente y sin previo aviso, fueron desterrados sin piedad de la zona por los vecinos de la localidad, quienes se consideraron con más derecho a presenciar la escena que un visitante extranjero.

Nos cuentan nuestras fieles paredes llenas de sabiduría, que la indignación se apoderó del Alcalde socialista con más solera de la Comunidad, hasta el punto de querer abandonar la zona cero. Tan sólo lo retuvo su solidaridad con la ya ex-Alcaldesa, pues a su memoria acudieron recuerdos penosos de aquella moción de censura que también se vivió en su Municipio.